Boricuas se adaptan a la fuerza laboral en Orlando

Boricuas se adaptan a la fuerza laboral en Orlando



Original Post El Nuevo Dia | Domingo, 1 de abril de 2018 – 6:00 AM
Por José Javier Pérez

Orlando, Florida – Cada mañana Pedro Rodríguez se sube el camión a bordo del cual distribuye decenas de libras de algunos productos favoritos entre el mercado boricua aquí en la Florida Central, desde las tan buscadas galletas Cameo, empanadillas de pizza, sorullitos de maíz y hasta unos novedosos tostones de pana congelados que han cautivado hasta a los anglosajones.

Asegura que va contento porque desde que dejó Puerto Rico en diciembre pasado, cansado por los inconvenientes que el huracán tatuó en su cotidianidad, ha logrado anclarse junto a su familia en un lugar que, si bien es “medio aburrido, pues no hay donde chinchorrear ni hay playas cerca”, vive más tranquilo.

Consiguió este trabajo en el cual le pagan $12.50 la hora, salario que equipara con los $500 semanales que ganaba en la isla cuando laboraba como mecánico de autos alemanes. En la isla tenía un día libre a la semana y por plan médico, tenía la Reforma. Acá tiene dos días de descanso a la semana y su cubierta médica es el Obamacare.

No todo es fantástico, reconoció. “Acá se gasta más en gasolina y en peajes, que son muchos, pero te ahorras en los aros y gomas que no tienes que comprar por los hoyos en las carreteras de Puerto Rico. Eso sí, los seguros de los carros son bien caros. Pago $210 mensuales por dos carros. Y sí, se pagan más caras algunas cosas, como las rentas, pero compenso con otras: los alimentos en el supermercado son más baratos, el IVU es de 6.5% y no como el 11.5% de la isla, no pagas por las escuelas. ¿Y la luz? ¡Bien barata! Pago $100 mensuales y tengo el aire acondicionado prendido 24/7”, explicó Pedro, natural de Vega Baja y quien vive en la ciudad de Orlando.

“Aquí hay que pagar por todo, pero se vive tranquilo”, insistió.

Según datos del Censo, el ingreso familiar promedio en Puerto Rico es de $20,078 anuales, mientras que el de Florida es de $50,860. En la isla, el costo promedio de una vivienda es de 118,600 y las mensualidades de $887. En Florida, una casa tiene un costo promedio de $200,000 mientras que una renta puede ascender a $1,223 al mes.

El jefe de Pedro, Rafael Juliá, quien es el director de ventas y mercadeo de Titán Products en Orlando, dijo que el mundo laboral aquí es muy diferente al de Puerto Rico, por lo que es importante asesorarse bien antes de venir, recomendó. “Por ejemplo, en Florida las leyes laborales son a favor del patrono. Aquí el patrono tiene derecho a despedirte de golpe si no rindes lo esperado y no hay tantos feriados. Aquí se trabaja el Viernes Santo y Navidad”, comentó.

Sobre este particular, la abogada laboral Marie Masson dijo que en Florida y en muchos estados de Estados Unidos no existe el derecho al trabajo. Tampoco es obligatorio que el patrono te compense por cesantía ni que te liquiden los días por vacaciones, explicó, por su parte, Doramir Martínez Bodega, asesora en recursos humanos de la empresa Delta Performance Group.

Aunque está en otro renglón laboral, la historia de Waleska Díaz no es muy diferente. Laboraba en la isla en una empresa de mercadeo y publicidad y debido a la crisis fiscal y las fusiones en ese mercado, se quedó sin trabajo. Decidió mudarse a Florida. En cuanto repartió su resumé, empezaron a llamarla para entrevistas. Logró un empleo como gerente de mercadeo y marcas en una agencia de comunicaciones.

“La paga es mejor, pero no hay bono de Navidad. Ese bono, que es ley en Puerto Rico, es opcional aquí. En mi caso, los beneficios de vacaciones y días por enfermedad eran iguales que en la isla pero el ‘shock’ fue con los gastos médicos, pues aquí hay muchas restricciones y es muy caro aun cuando tengas plan”, contó la ejecutiva puertorriqueña.

Contó que, en la isla, pagaba $50 para ser atendida en Sala de Emergencias y con eso todo quedaba cubierto. “Pero aquí pagué $150 de copago y luego me llegó una factura para pagar un deducible por $900 más otro cargo de $200 para el médico. Me hicieron un plan de pago”, narró.

Explicó que paga un 20% más mensual en renta, coincidió en que es alto el gasto de gasolina y peaje pues las distancias son más largas, pero sostuvo que servicios básicos, como la electricidad, son sustancialmente más bajos que en Puerto Rico. “Al final de cada mes, al cuadrar, me quedo igual que como estaba en Puerto Rico y a veces me queda un sobrante para destinarlo a actividades de entretenimiento”, indicó.

Estudios preliminares estiman que entre 53,000 y 60,000 puertorriqueños se han mudado a Florida tras el paso del huracán María hace seis meses. Esta cifra representa más del 42% del total de residentes de Puerto Rico que emigraron hacia Estados Unidos tras el huracán, según el Centro de Estudios Puertorriqueños del Hunter College. Según esa entidad, la cifra total de boricuas que se movieron a Estados Unidos fue de 135,000, pero podría alcanzar los 470,000 al cabo del 2019.

Vianel Garcés trabaja como especialista en mercadeo digital en Orlando, labor que también realizaba en Puerto Rico. “El huracán me dejó sin internet y sin eso no podía trabajar”, contó la mujer, quien es madre de dos niños de cuatro y siete años. Por ellos, decidió salir de la isla. “En cuanto empecé a buscar trabajo, me llamaron de muchas empresas. Hice muchas entrevistas de trabajo, hasta cuatro a la semana. Eso me dio la oportunidad de escoger el que más me convenía y en este momento necesitaba un trabajo que me permitiera atender a mis hijos”, contó. Por ello, aceptó una oferta que le permite trabajar desde su casa.

“Aquí no tengo bono de Navidad ni días por enfermedad, pero como trabajo en casa pues puedo manejar mi tiempo. Si me enfermo pues se carga como vacaciones. Pago menos de carro pues aquí son más baratos; la comida en el supermercado cuesta menos y la electricidad es bien baja. El agua no. Donde más ahorro es en el pago escolar, pues las escuelas aquí son como colegios y no pagas. Lo que ahorro lo uso para pagar la renta, que sí es alta. “Al final de cada mes es igual que en Puerto Rico”, aseguró.

Garcés dijo que, si se quedara sin empleo, podrá conseguir otro trabajo rápido, pues hay más oferta que demanda, algo que pone a los profesionales y trabajadores en general en una buena posición.

El desempleo en Florida está en un 3.9%, según datos de la oficina del gobernador de este estado, Rick Scott. Solo en Orlando, el sector privado creó el año pasado 42,400 empleos. En total, 136,000 personas entraron a la fuerza laboral en el 2017. En todo el estado, y al cierre del mes de febrero, se habían creado 25,000 nuevas plazas también en el sector privado. Para ese mismo mes, y solo en Orlando, había 37,329 plazas de empleo disponible. La mayoría están en el sector turístico, donde abundan empleos de limpieza, mantenimiento, entre otros, según la oficina del mandatario.

En Puerto Rico, el desempleo alcanza el 10.6%, según datos del Departamento del Trabajo. Al cierre del 2017, en la isla hubo un aumento de 1,400 empleos en el sector no agrícola. La agencia destacó que el impacto de los ciclones Irma y María causó una reducción de 40,200 puestos si se compara febrero de 2017 con febrero de 2018.

“En Puerto Rico, los empleados necesitan al patrono; aquí es lo contrario. Si, por ejemplo, un jefe le dice algo a un empleado, este se va, pues hay tanta oferta de empleo que puede escoger. Por eso, trato de orientar a los patronos para que sean flexibles en lo que ofrecen a un empleado para que no se les vaya y porque las nuevas generaciones buscan un trabajo que les permita un balance en su vida. Si los aprietas demasiado, se van”, comentó Martínez Bodega.

“Así es en todo Estados Unidos menos en North Dakota. El enfoque es trabajar y trabajar. Y los empleados se van de un lugar a otro por las muchas oportunidades. Un patrono que quiera la fidelidad de sus empleados debe ganarse su corazón, es decir, convencerlo; luego su cabeza, en otras palabras ganarse su compromiso; y finalmente sus manos, que es su dedicación en la producción”, agregó la especialista en recursos humanos.

Martínez Bodega coincidió en que, al final, la realidad económica de los empleados aquí no es muy diferente a la de Puerto Rico. “Pero en Puerto Rico, se trabaja para vivir, tienes tiempo para el ocio y tienes cerca a tu familia. Aquí no”, puntualizó.